martes, 9 de noviembre de 2010

Volviendo a lo mío. Hiperglucemias hospitalarias.

Ya estaba bien que recuperara un poco el ''ansia enfermero''.
Y vuelvo con un tema que desde mi primera época de estancia en prácticas me llamó sobremanera la atención, y que con la situación de mi abuelo, que desgraciadamente le pasó lo mismo, me he puesto a analizar.

En mis primeras semanas de prácticas en una planta de traumatología había ingresado un señor de cuyo nombre nunca podré olvidarme. L. El hombre estaba ingresado por una bronconeumonía que se vino agravada por su problema de base, que era EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) además era diábetico. Cuál fue mi sorpresa un día de tantos de los que estuve con él que me enteré de que se estaba muriendo, y que su hija pedía que si se le podía poner morfina.

Nunca olvidaré este caso, porque es el primer acercamiento de mi vida con la muerte.

Nos asustaban mucho sus cifras de glucemia: 300, 400, 500, e incluso un día se acercó a los 600. ¿Qué sucedía? Aquello era incontrolable. Día a día las dosis de insulina eran mayores, lenta, rápida... los ''bolis'' se los ventilaba... y aquello parecía que no daba ni pizca de resultado.

El hombre se veía que estaba padeciendo mucho, su trabajo respiratorio era enorme, intentaba hablar y me costaba horrores entenderle, además de que llevaba una mascarilla con reservorio día y noche con flujos altísimos de oxígeno que también difucultaban el entendimiento.

Ahora he relacionado este sufrimiento (al que podríamos llamar estrés) y la hiperglucemia, y me he preguntado si habría información acerca del tema y...
Voilà!!! He dado en el clavo.

''Los valores elevados de glucemia en pacientes críticos se relaciona con un peor pronostico y con mayor estadía en las unidades de cuidados intensivos''. http://www.unne.edu.ar/Web/cyt/com2004/3-Medicina/M-062.pdf Este es un texto muy resumido, pero en mayo de este mismo año se publicó una revisión acerca del tema: http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0210-56912010000400008&script=sci_arttext

Mi abuelo tomaba antidiábeticos orales y con el pasar de los días de su ingreso, la glucemia le aumentaba a pesar de que lo trataran con insulina. Me sorprendió que cuando iba a visitarlo le estuvieran pasando suero glucosado y con todo mi valor se lo pregunté al médico que fue a pasar la consulta.
Me dijo que la cantidad de glucosa que llevaba ese suero de 500 ml para 24 horas era poco menos que insignificante.

Ahí queda.

1 comentario:

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