Mi homenaje para ti, ENFERMER@, que compruebas diariamente, como no es reconocido ni valorado tu trabajo, pero que a pesar de todo, te esfuerzas en hacer feliz y repartir paz a esos enfermos, que te suplican un segundo de tu tiempo.
Compañer@ inseparable de la noche, permanentemente atenta, al tiembre que requiere tu presencia.
Me refiero a ti, que compartes esperanzas, ilusiones, y anécdotas, con ese ser que hasta ayer no sabias de su existencia, y postrado en una cama de hospital, ve en tus atenciones, el cariño que otros no le ofrecen.
Porque tu misión, no es solo administrar medicamentos, tomar tensiones, o colocar el termómetro. TÚ mejor que nadie, sabes regalar calma al agresivo, serenidad al angustiado, coraje al abatido, y amistad al desonocido.
TÚ eres quien haces posible, con tus vigilias, que sus noches no sean interminables. Quien le dedicas una sonrisa, tragándote las lágrimas, cuando conoces que sus horas están contadas. Quien saca fuerza de flaqueza, para decirle algo bonito y gracioso, a pesar de estar agobiada por infinitos problemas personales.
Eres quien lloras de impotencia y a escondidas, cuando la negra muerte hace acto de presencia.Quien al llegar al hogar, después de una jornada extenuante, puedes saborear como pocos, la satisfacción del deber cumplido.
Ese colectivo de ENFERMER@S, dais consuelo y haceis bombear de alegría, el corazón mas cansado. A vosotros, hombres y mujeres, os admiro y respeto, porque sabéis disfrutar al término de cada turno, esa sensacion que proporciona,la realización de vuestro trabajo de manera anónima y sencilla, sin alardear de conocimientos, sin imponentes batas blancas, y sin fonendoscopios colgados al cuello. ¡GRACIAS!
Para las que ya son ENFERMER@S y para quienes pronto lo serán...
Que bonico, cariño te quiero.
ResponderEliminarEs precioso.