domingo, 27 de septiembre de 2009

Enfermera de Rayán



Desde los acontecimientos que ocurrieron el 13 de julio, mucho es lo que se ha contado, y a muchas personas e instituciones a los que se ha culpado e involucrado.
Primero a la propia enfermera, luego a sus superiores y compañeros, que debían de estar pendientes de ella por ser su primer día en ese tipo de unidades, a la mala gestión del hospital, al sistema educativo por ofrecer tan pocas horas de experiencia antes de empezar a trabajar realmente...
Esta claro que esto no debería haber pasado, pero ¿a quién vamos a culpar? Lo más lógico es que se culpe a la enfermera, pero también puede ser que este terrible suceso haya sido resultado de una cadena de acontecimientos.
Se ha dicho que se necesita mucho personal de enfermería, que esta profesión tiene una gran proyección, que ''no hay enfermeras en el paro'', pero ¿donde se ofertan las plazas necesarias?

Bajo mi punto de vista, una enfermera nueva puede entrar con toda la ilusión del mundo, con todas sus ganas, y con un monton de conocimientos aprendidos, pero es necesario ponerlos a la práctica para que sean asentados del todo, y ahí entra en juego tanto el personal nuevo que entra como los que ya están allí trabajando.
Cada uno debe tener claro sus responsabilidades, y tener en cuenta que cada movimiento que haga puede influir de diversas formas sobre el otro, tanto si es paciente, como compañero de trabajo.

La enfermera debía haber preguntado más, la enfermera que según ella le pidió que le diera ''de comer'' al bebé debería haber estado más atenta, el personal de recursos humanos debería haber tenido en cuenta que la enfermera no tenía experiencia en aquel lugar y asegurarse de que tuviera un mínimo de conocimientos.

Ahora surge la declaración de la enfermera, ella asume parcialmente la responsabilidad de los hechos, dice que estuvo en todo momento bajo la tutela de una enfermera, y la administración del hospital afirma que ella estaba allí para familiarizarse con el lugar y que sólo se le habían asignado las tareas de un auxiliar.

Por otra parte también se ha hablado de avanzar en los proyectos de creación de las nuevas especialidades en Enfermería, las cuales están aprobadas desde hace varios años pero están paradas en su llevada a la práctica.

De momento a las dos enfermeras implicadas, se las ha apartado de su trabajo.

Personalmente, la manifestación de las enfermeras en la puerta del hospital me pareció de los más acertado, y aunque lamentado la muerte, el ''tenia que pasar'' podría ser el punto de partida a una sanidad con más personal y mejor cualificada, además de una Administración, tanto la general como la de cada hospital más responsable con sus decisiones.

Para finalizar, una frase que he leído por ahí y que me ha gustado mucho: ''Tod@s podemos ser enfermer@s de Rayán''.

1 comentario:

  1. El problema es que el proceso de aprendizaje se basa en la prueba y el error. Pero en disciplinas tan delicadas como la enfermería el proceso se reduce al acierto.

    Para conseguir ese acierto directamente es necesario emplear un gran esfuerzo (por parte de los profesionales y de la administración) en formación y por otro lado un gran nivel de control y vigilancia en las primeras experiencias reales de los enfermeros.

    Una remodelación del proceso de enseñanza y la presencia de suficiente personal como para controlar las practicas podría ayudar a reducir este tipo de errores.

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